Tal vez es la globalización, tal vez el desarrollo, o quizá sean las innovaciones digitales y las redes sociales, pero mientras estamos más conectados unos con otros, más desconectados nos hallamos de aquello mismo que nos da vida. Entre ordenadores, teléfonos inteligentes, y otros equipos, en medio de tanta información me parece alucinante que yo requiera “recordatorios” de mi conexión con la Tierra: el origen del agua que uso, como el aire que respiro ha llegado a ser lo que es, de dónde proviene mi comida. […]
Los ajíes más picantes en Edén
