Camino Verde: el lado luminoso de la fuerza del mercado

 

By Iván Ulchur-Rota

Conocí a Robin Van Loon por Skype después de algunos intentos por conversar. Yo vivo en Quito, él estaba en Uganda y las diferencias horarias dificultaban que concretáramos una reunión. “¿Qué haces en un lugar tan lejano?” Le pregunté cuando al fin nos teníamos cara a cara. Después de todo,  había escuchado por primera vez de él por su trabajo en la Amazonía peruana.

Robin estaba haciendo una consultoría en reforestación con herboristas y campesinos de esa región. Eran sus últimas semanas antes de volver al Perú. Sonaba tan contento con su trabajo allá como nostálgico por volver a la tierra donde ha trabajado desde 2004. Pero el viaje fue parte de lo que busca Camino Verde,  la organización que fundó: esparcir la iniciativa que en Perú está representando una alternativa seria y efectiva a la explotación petrolera y maderera.

Camino Verde fue creada para combatir las amenazas contra la biodiversidad y, a la vez,  la pérdida de recursos botánicos y económicos. “Las mismas fuerzas del mercado que pueden utilizarse para destruir una especie de árbol”, me explicó Van Loon, “pueden utilizarse para traer de vuelta a los árboles.” La explicación inspiró al nerd en mi interior: son como Jedis —de la franquicia Star Wars— combatiendo el lado oscuro de la misma fuerza. Lo hacen a partir del manejo estratégico y sostenible de los recursos naturales en la rivera del río Tambopata. Camino Verde surge del reconocimiento —no tan frecuente— de que la explotación de la biodiversidad no solo implica devorar un patrimonio natural, sino también desperdiciar una fuente inacabable de recursos económicos. “En Madre de Dios, por los ríos de Tambopata hay de 11 000 hasta 16 000 especies de árboles.” me contó Van Loon. Aunque Camino Verde empezó como un proyecto de reforestación, ahora su enfoque es la creación de una economía que pueda suplantar la extracción de recursos no-renovables.

Así han logrado muchísimo.  “Después de 10 años de plantar árboles, tenemos un portafolio de estrategias.” me dijo Van Loon y yo imaginé lightsabers. “Ahora compartimos paquetes de agro-reforestación con otros campesinos.” El semillero La Joya además ha logrado producir más de 100 especies de árboles por año. Estos son sembrados en distintos bosques, reemplazando áreas previamente utilizadas para otras cosas.

 

Se enfrentan a un lado oscuro bastante complicado y destructivo: la minería, las compañías madereras y prácticas agrícolas poco sostenibles. En su blog, Van Loon expresa su preocupación sobre los peligros de la minería. Con  grandes extensiones arbóreas taladas, tierra dragada y contaminada con diesel y mercurio, una recuperación forestal es mucho más difícil. Pero la minería, como la Estrella de la Muerte, no es imbatible.

Camino Verde busca compartir el modelo. Expandirlo. Por ahora se financian con donantes y subvenciones. Pero apuntan a más: desde hace 2 años empezaron a exportar aceites esenciales, muy populares en el extranjero. El trabajo con los aceites esenciales es un proceso de descubrimiento e investigación continua – algunos son productos ya cotizados en el mercado, mientras otros son hallazgos nuevos difundidos por Camino Verde.

Su aceite de Mouena Alcanforada —una especie forestal de la familia de las lauráceas— es su estrella del momento, con demanda del sector cosmético y de aromaterapia. Lo extraen a través de un proceso de poda o “desmoche” que no hace daño a los árboles y que les permite mantener control sobre toda la cadena de producción. “Nosotros mismo hacemos la destilación”, dice Van Loon. Sin duda, el lado luminoso de la fuerza es creativo:  contra las presiones de la industria maderera, han desarrollado una oferta innovadora con una línea de aceites de especies forestales poco conocidas.  Su prioridad han sido  especies únicas o raras, como Moena Alcanforada. Es un trabajo, en ese sentido, de descubrimiento y creación.

Otro aceite popular es el de Palo de Rosa, un árbol muy explotado por la industria de la perfumería. Según Van Loon, hace 40 años era una madera tan popular que el árbol era extraído desde las raíces. Esta práctica, obviamente, tuvo siempre los días contados. Ahora, en Camino Verde, Palo de Rosa no deja de proveer. Consiguieron las semillas para cultivarlas y empezar a producir aceite esencial.

Su sistema aprovecha cada parte del árbol. Para producir los aceites cortan las ramas antes de que estas se caigan. Después son mandadas a la unidad de destilación. “Es el mismo equipo que se usa generalmente para producir alcohol.”

“No se trata solamente de dar valor al árbol vivo”, dice Van Loon. “El punto es que los campesinos encuentren  y aprecien ese valor”. Al talar un árbol, por ejemplo, “consiguen beneficios del mismo sola una vez.” Pero cuando comercian con los recursos renovables del mismo, la protección del bosque se vuelve también un beneficio económico. El trabajo con la gente por eso es super necesario.

Robin Skywalker, quise decir yo bromeando. No lo dije. Él se despidió de mi en Español. Se notaba su acento peruano. Sin duda, me quedó el buen sabor del optimismo. Camino Verde está planteando una alternativa estratégica y creativa para reconciliar al mercado con la naturaleza. Es una lucha difícil, de largo aliento, pero no imposible. “Hacer. O hacer no. Intentar no existe” dice el maestro Yoda ante las amenazas del malvado Darth Vader. Y en Camino Verde están haciendo sí.

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