Iván Ulchur-Rota
Ciunapa Kayaba es miembro de la comunidad Kawaiweté, uno de los muchos grupos indígenas que habitan el territorio Xingu, al sur de la Amazonía brasileña. También es uno de los productores de la miel Dos Indios Do Xingu, extraída de la misma región. Aprendo esto echándole un vistazo a la página web de Origens Brasil, un proyecto que busca utilizar tecnología de punta para conectar a compradores con productos de alta calidad del Parque Indígena de Xingu. Su plan es superar la certificación como la conocemos: un sello único que muestra el trabajo y vida detrás de la producción de sus productos. Cuando encontré la miel aprendí que ésta en particular se inició como marca en 2001, que fue el primer producto indígena en Brasil en recibir un certificado de inspección federal, y que su distintivo sabor floral depende de la preservación de su entorno natural. Por sobre todo: vi lo que está pasando en su lugar de origen.
El territorio Xingu en Brasil, situado a lo largo del Río Xingu en la Amazonía, es icónico. Se expande por 26 millones de hectáreas y está habitado por 17,000 indígenas de gran diversidad linguística. Desde 1975, tribus del territorio norte de Xingu han luchado contra la construcción de la represa de Belo Monte, un muro enorme de piedra, acero y concreto descrita por el periódico inglés The Guardian como “sacada de Mordor”. Ahora, la represa de cinco kilómetros de ancho cierra la parte norte del río Xingu, mientras la tala ilegal de árboles y la minería siguen amenazando la cultura y estilo de vida de muchas comunidades al sur de la represa. No obstante, estas comunidades se están organizando y resistiendo: la frondosa biodiversidad de estos territorios les permite subsistir a través de la extracción y distribución de productos sustentables y cosechados en su estado silvestre. Un desafío enorme: que los compradores entiendan el valor de estos productos para la conservación misma de la selva. Nada fácil, seguro. Pero, ¿posible?
Las historias detrás de estos productos naturales son con frecuencia ignoradas. Por eso para Patricia Cota Gomes “el mercado brasileño todavía no reconoce el valor de este tipo de productos”. Patricia coordina el proyecto para Imaflora, un organismo certificador brasileño sin fines de lucro que promueve transformaciones agrícola y forestales. Por Skype, Patricia suena emocionada e inspirada por lo que Origens podría lograr. “Piénsalo como una herramienta para la transparencia”, me dijo mientras me presentaba el concepto de Origens en pantalla compartida. “No solo provee información sobre cada producto. Es una herramienta de rastreo y análisis de impacto.” En ese sentido, Origens Brasil podría poco a poco eliminar la necesidad de certificadores intermediarios. Sin sellos caros, ¿quieres productos orgánicos certificados? ¡Mira los mapas de esta página web!
Aunque la página es relativamente fácil de navegar para quienes no hablan Portugués, es útil desenvolverse bien en al menos una lengua Romance, como el Español. En general el diseño es didáctico y explicativo. Una imagen satelital junto a cada producto mapea cualquier cambio en la densidad forestal del área de donde proviene cada producto –sus orígenes. La Castanha Do Brasil, por ejemplo, es extraída al noreste del territorio indígena Kayapo. Dos indicadores en el mapa muestran la ubicación del lugar de extracción y el lugar de donde provienen los productores. En este caso hay mucho verde alrededor de ambos indicadores. Abajo de la foto de Nhakangroti Kayapó, uno de los productores, Origens reitera: “El trabajo de este miembro del pueblo Kayapó ayuda a promover la diversidad de Xingu”.
Esta nueva iniciativa podría convertirse en una alternativa viable a las certificaciones como las conocemos: certificar a través de la promoción de las historias de cada comunidad, agregando valor a su trabajo y productos mientras a la vez se genera información que es directamente útil para ellos. Origens permite que todos –compradores, distribuidores, productores– puedan seguir el proceso de la cadena de suministro.
Según Patricia ha sido un proceso lento. “Tomó más de tres años”, dijo. La plataforma es el resultado de una consulta general que se hizo con todos los involucrados en la cadena de suministro, incluyendo a organizaciones locales y comunidades indígenas tradicionales. Como explica Patricia, mientras Imaflora manejaba los aspectos administrativos del proyecto, su esencia eran los comités gubernamentales locales dentro del territorio Xingu y muchas compañías interesadas en encontrar mecanismos de rastreo y evaluación ecológica más efectivos.
“¿Qué se supone que hacen los sellos, después de todo?,” pregunta Patricia al terminar la conversación. “Supuestamente garantizan ciertos estándares de producción, como por ejemplo si la extracción de un producto tiene mayor o menor impacto en el medio ambiente”. Pero con frecuencia los requerimientos de estos sellos son inaccesibles. Para Origens, esto es diferente: para que un productor califique para hacer parte de su registro debe provenir de un área protegida de alta biodiversidad y debe tener una cadena de suministro operacional.
Origens Brasil procesa y provee información certificadora en tiempo real. Es como lo que se enseña a escritores: mostrar y no decir. Y este proyecto es un esfuerzo importante por mostrar la historia de cada uno de sus productos y productores.