Por Iván Ulchur Rota
Yo estaba distraído cuando pedí por primera vez la cerveza La Guapa de la cervecería Bandido Brewing en el barrio La Marín: pedí lo más ligero que había sin pensarlo mucho. “La Guapa”, pensé, “atractivo nombre”. La probé lentamente y su sabor me agradó: ligeramente aromática pero balanceada, refrescante y diferente, era excelente para empezar la noche.
“Está hecha de guayusa”, me explicó Nathan Keffer, uno de los dueños de Bandido. De ahí proviene su nombre “Guayusa Pale Ale”, o Cerveza Clara de Guayusa. Fue un experimento digno del nombre de la cervecería “Bandido”, ya que para Nathan bandidos eran “los que legendariamente desafiaban fronteras y se aventuraban a nuevos mundos”. La Guapa es preparada como infusión, dejando las hojas de guayusa durante la ebullición de la cerveza(cuando suelen ponerse también los lúpulos). La gente la toma por la novedad y, a pesar de no ser la cerveza más popular de Bandido, vende bien. La elaboran una vez por semana.
La guayusa está popularizándose lentamente, pero con fuerza. Runa Foundation es una de las organizaciones sin fines de lucro que, con su socio comercial, Runa LLC, apoya el trabajo de comunidades en la Amazonía para la comercialización sustentable de la guayusa. Como la guayusa se cosecha dentro de chakras –cultivos amazónicos comunitarios–, la estrategia de la Fundación Runa es la de agregar valor a la selva para que su conservación sea un tema también de beneficio económico. Es una tripleta ganadora: ganan los esfuerzos conservacionistas, la comunidad y los compradores de un producto energético sano y delicioso. Por supuesto, también ganan los cerveceros intrépidos como Nathan.
Nathan es oriundo de Nuevo México. Llegó a Quito en 2013 con su socio y amigo Ryan Hood-Taylor, de Oregon, para abrir un hostal. Ahí empezaron a hacer cerveza para sus huéspedes, experimentando y probando combinaciones nuevas; sabían que en Ecuador, en especial, encontrarían especias, tés, y sabores nunca vistos en los Estados Unidos. Podría decirse que la guayusa fue un descubrimiento alquímico para los cerveceros. “En la Amazonía se cree que la guayusa tiene cualidades mágicas”, me explica Nathan. “La toman temprano en la madrugada, cuentan sus sueños y se conectan con la tierra.” Es muy popular y tiene un sabor muy fuerte. Como tiene cafeína, la guayusa también es utilizada como energizante nocturno. Por eso, como Runa, el producto estrella de compañía Waykana es el té verde de guayusa.
La Fundación Runa trabaja con 2, 300 familias campesinas en la Amazonía ecuatoriana. A través de la guayusa fomentan prácticas de cooperación, conservación y cosecha en la región. Así han logrado que la guayusa llegue hasta los Estados Unidos. Su trabajo garantiza prácticas sostenibles. Pero la guayusa también se encuentra en muchos mercados del Ecuador. Las hojas de guayusa que utilizan en Bandido proviene de Macas, provincia de Morona Santiago. “Cuando se cosecha en cultivos masivos, el producto pierde cierta calidad”, explica Keffer. Sin duda, la cerveza es más rica con ingredientes cultivados en sintonía con el entorno.
En Sereno Moreno, un bar vecino de Josué Moreno –un colaborador y administrador de Bandido– también se sirve la Guapa. Aunque Sereno Moreno está a cinco minutos caminando, los dos bares ofrecen ambientes distintos a la comunidad. Para Keffer, la guayusa sirve de ejemplo, ya que su árbol puede tener cientos de diferentes árboles y plantas a su alrededor sin matarse entre si. “Los árboles grandes crean sombras necesarias para los árboles chicos y éstos ayudan a los grandes de otra manera. Es una relación simbiótica”, dice. Al igual que Runa o que Waykana, en lugar de competir Bandido Brewing convive con otras cervecerías cercanas como la guayusa en la selva. No queda duda: plantas como estas pueden cambiar profundamente nuestra manera de hacer comercio.